La cultura del vino, la tradición y el paisaje son una parte tan inherente de la historia de Cataluña que se ha convertido en un símbolo de nuestra identidad. Las civilizaciones griega y romana trajeron el cultivo de la vid a Cataluña. Desde entonces, las vides, los viñedos, las bodegas y los vinos han sido parte de nuestra cultura.
Cataluña cuenta con doce denominaciones de origen, cada una con su propio paisaje distintivo, que van desde viñedos junto al mar Mediterráneo hasta otros aferrados a las laderas de los Pirineos. Muchos vinos catalanes figuran actualmente en las listas de vinos internacionales más prestigiosas.
Los Qualified Estate Wines (Vinos de Finca Cualificada, QEW) son el epítome del vínculo estrecho entre la viticultura y el territorio local. Por esta razón, como parte del ambicioso proceso de transformación Horitzó2025, INCAVI está destinando mayores recursos al Proyecto QEW para mejorar la posición de los vinos catalanes en los mercados clave de todo el mundo basándose en estos vinos únicos.
Más de 750 bodegas, 57,000 hectáreas y 9,500 viticultores, un frente productivo que mira hacia el futuro y tiene como objetivo construirlo de manera responsable.
