Pan Con Tomate
Hay ciertos elementos de la cocina catalana que hablan de quiénes somos y de dónde venimos, y pa amb tomàquet lo dice todo. Transmite una sensación de cocina consciente del desperdicio y de lo más básico: pan, aceite de oliva, sal marina y una variedad especial de tomates «colgantes» conocidos como tomàquets de penjar. Ya sea para desayunar, comer, cenar o merendar, cualquier momento es bueno para el pa amb tomàquet. A menudo se sirve con carne, pescado, embutido o simplemente solo. Los catalanes pueden poner casi cualquier cosa en el pan -aceite de oliva y azúcar, vino y azúcar, o aceite de oliva y chocolate-, pero el pa amb tomàquet es supremo.
HISTORIA
Aunque se desconoce el origen exacto del pa amb tomàquet, podemos buscar una explicación creíble en Nèstor Luján. La tesis de Luján afirma que un año, tras una cosecha de tomates especialmente abundante en las zonas más rurales de Cataluña, la gente empezó a remojar el pan seco en el jugo y la pulpa de la fruta, sin desperdiciar nada. La idea de una cocina consciente del desperdicio es parte integrante de la historia catalana, como se ha visto una y otra vez.
TRADICIONES
EL TOMATE DE COLGAR, UNA VARIEDAD TRADICIONAL CATALANA
El tomate de colgar es una planta milenaria que se ha adaptado a las particulares condiciones climáticas de els Paisos Catalans. Aunque existen diversas variedades, su principal atributo es que no han sido modificadas genéticamente, a diferencia de muchas otras tomateras modernas, por lo que siguen siendo genéticamente idénticas a sus antepasados silvestres. Por desgracia, estas variedades son minoritarias, pero gracias a su sabor, textura y aroma, así como a su asociación con la agricultura local y sostenible frente a los métodos industriales, su demanda sigue creciendo.
El término «colgar», o, de penjar, en tomàquets de penjar describe la conservación de la planta tras la cosecha: un grupo de quince a treinta tomates se anudan, se ensartan en manojos y luego se cuelgan.